19/12/09

Sobrevivir al invierno


No es el frío, sino la escasez de alimento lo que empuja a las aves a migrar. Las plumas les permiten soportar temperaturas muy bajas, pero si falta la comida tienen que irse o cambiar de dieta.


Podemos ayudar a las aves a sobrevivir al invierno colocando comederos en el jardín o en el balcón. En el colegio Erain he colocado una bola de grasa con semillas y cereales. Y como se demuestra en el vídeo, tiene mucho éxito.


16/12/09

Postes naturales



La insistentemente oída expresión “desarrollo sostenible” quiere decir el logro del bienestar máximo de la sociedad humana (incluyendo la alimentación, la vivienda, la sanidad y todas las comodidades y tecnologías) sin acabar con los recursos naturales, es decir, siendo respetuosos con el medio ambiente. Con esta actitud se quiere conseguir que las generaciones venideras hereden el planeta por lo menos en las mismas condiciones en que lo hemos recibido nosotros.


Las cosas se pueden hacer mejor, desde luego. Pero aunque cueste imaginarlo, también se podría haber hecho peor. En este pueblecito de la costa suroeste francesa decidieron no talar el árbol para colocar un poste de metal. Respetaron el medio ambiente sin renunciar a las comodidades que nos ofrece la tecnología.



12/12/09

"Mi familia y otros animales"



Está muy bien – me dijo don Eduardo, el profesor de lengua al que le había prestado el libro que ahora me devolvía – pero para leerlo me lo he tenido que comprar. Éste está lleno de ácaros y con la alergia se me congestiona la nariz y me lloran los ojos.


Se trataba de una de mis novelas favoritas. Gerald Durrell, un naturalista británico, presentador de televisión y escritor, narra las anécdotas que vivió de niño con su familia en Corfú, una isla griega. Lo que empezó como un cuaderno científico para describir los animales que descubría en el campo se complicó al introducir a su madre y a sus hermanos en las primeras páginas. El estilo humorístico, a menudo irónico, del autor contrasta hábilmente con las precisas y bellas descripciones de personajes, animales y lugares. Y la verdad es que tanto las personas como los animales que aparecen en la novela son de lo más pintoresco.


Si alguien no sabe qué regalar esta Navidad, un buen libro nunca decepciona. Y éste menos. Es muy recomendable. También piensa lo mismo don Eduardo, que ahora lo manda de lectura obligada a sus alumnos.



6/12/09

Un monstruo entre las sombras




Ésta es una foto con historia. Salta a la vista que ni Margarita ni Luz son monstruosas, pero sí debía serlo la bestia que nos sorprendió a la vuelta de nuestra excursión.

Habíamos seguido el serpenteante camino que lleva hasta el mismísimo borde de la Foz de Arbayún. Desde allí las vistas son insuperables y los buitres, que es lo que íbamos a ver, se acercan y alejan de las cornisas con su vuelo majestuoso. Tan extasiados estuvimos con el panorama que empezó a oscurecer sin que nos diéramos cuenta.

Emprendimos el regreso yo por delante y ellas más atrás cotorreando sin descanso. De repente, un ruido entre los arbustos me hizo parar en seco. A continuación un gruñido y un trote que venía hacia mí. Di un salto hacía atrás y retrocedí corriendo varios pasos. Y entonces me di cuenta: Ellas calladas, inmóviles, pálidas, habían presenciado toda la escena. Una de Méjico y la otra de Puerto Rico desconocían la fauna del lugar. Y yo era el biólogo. Si estaba asustado, mal asunto. Tuve que tranquilizarme yo y tranquilizarlas a ellas.

- Es un jabalí – supuse – si retrocedemos un poco y hacemos ruido para que sepa dónde estamos encontrará una salida y se irá.

Parecía mejor plan que lanzarle el pedrusco que había cogido Margarita. Y funcionó. En general los animales temen al hombre y sólo atacan cuando se sienten amenazados. Seguramente el pobre bicho se asustó todavía más que nosotros.

28/11/09

El Guardián de los Cultivos


Todos los datos podían ser importantes para mi investigación, así que la altura del árbol también la anoté: 9,2 metros. Y allí estaba yo, a esa altura, con los músculos agarrotados, balanceándome con el viento gélido tan frecuente en Olite, mientras me preguntaba quién me mandaba a mí hacer una tesis doctoral.


Cogí los cinco pollos de cernícalo, los metí en la mochila y bajé a la seguridad del suelo para trabajar con más calma. Había que pesarlos, medirlos y tomarles una muestra de sangre. Y después subirlos otra vez, claro. El mismo procedimiento lo repetiría luego con los otros 26 nidos que tenía controlados. No todos estaban en árboles, gracias a Dios. Al cernícalo le gusta también ocupar agujeros de edificios viejos, como corrales o casas en ruinas. Y eso abunda en Olite. A esos sitios es mucho más fácil subir, pero hay pulgas. Muchas pulgas. Y al parecer yo suponía un bocado exquisito para ellas. Sí, las primaveras de aquellos tres años se me hicieron un poco duras. Pero sólo un poco. Aunque al final no acabé la tesis, todo el tiempo que dediqué a recoger datos, revisar la bibliografía y seguir los cursos de doctorado fue mucho más productivo de lo que se podría pensar: El inacabado estudio de los cernícalos fue el verdadero comienzo de mi formación científica y divulgadora, y también la chispa que encendió el amor que me llevó hasta el matrimonio.


Si voy a dedicar un blog a la naturaleza, sin duda la mejor inauguración posible tenía que ser con el Cernícalo, el Guardián de los Cultivos.


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